miércoles, 6 de septiembre de 2017

Muse of the mirror.

Musa, de la mitología griega a tu cama; de que la pinten, a pintarse; de cubrirse, a desnudarse; de tumbarse, a salir corriendo; de odiarse, a acariciarse en el espejo.

Musa, que trabaja por y para ella misma, que lucha para lograr sus objetivos, que se pinta con un eyeliner el poder en la mente y en las manos.

Musa, que ama sus curvas, sus cicatrices, e incluso los complejos del siglo pasado, que es bonita sin querer, y queriendo, demasiado.

Musa, que se hace autorretratos de palabras, que se tatúa con aire en la piel la fuerza, que no necesita pilas, que se da cuerda por la llave de su espalda.

Musa, que baila de lujo después de un par de cubatas, que ríe, llora, pero nunca se cansa.

Musa, solitaria, que no necesita cuerpos para ser ella, porque sola es mejor, que se quiere a ella misma, por encima de todo y todos; que ya no la pisan, porque está muy alto.

Musa, que debería serlo los 365 días del año, y que ojalá viva con(tigo-migo) de diario, o por lo menos de vez en cuando.


* Que nadie te quite tu valor propio, que seas libre e independiente, y que te quieras a muerte y siempre.

* Qué razón tenía breis. cuando hablaba de musas propias...
Gracias por hacerme ver de lejos que el amor propio existe, porque nunca antes había sentido algo tan bueno y sano dentro de mí.