domingo, 17 de abril de 2016

Playas desiertas sin arena.

Hola. No sé realmente si quiero escribir esto, y voy a hacerlo a la aventura. Normalmente antes de venir a blogger he hecho un 'borrador' en mi cuaderno azul, pero hoy no; quizás tengo a mis ideas en una nube de meteoritos a punto de explotar en forma de lluvia.

No sé cómo me siento, y odio estar confundida. No sé qué ha pasado, por qué hay tanta arena si a mí me gustaba la roca grande. Y no me puedo quejar de la arena, porque, qué sería una playa sin ella.
El caso es que odio esa clase de arena (y sí, con ello me estoy refiriendo a personas); es la típica arena en el cuerpo que se te queda pegada cuando lo estás pasando bien pero que se va al ducharse y entonces no le entiendo el sentido; pero espero que se me sigan pegando esos granos pequeños al cuerpo unas horas más, aunque los deteste.
El caso es que yo quería hablar de la roca grande, y de lo diferente que es con la roca a la que se le quedan las conchas pegadas debajo. Y sí, es cierto que quizás esa sea más bonita y se obtenga más beneficio de ella, pero personalmente a mí no me aporta nada, mientras que la vacía me ofrecía huecos, poros por rellenar con tonterías, momentos y grandes risas.

Independientemente de ello hace tres semanas llegó un granito de arena totalmente distinto al resto; y es que, ni de lejos parecía igual al resto.
Y estuvimos hablando sobre de qué playas veníamos y de si nos gustaban las olas. Y ese fue nuestro archipiélago de sinceridad.
Sinceramente, sé que leerás esto y no pretendo juzgarte; pero tienes pinta de arena con complejo de esponja, y eso me da cierto miedo, porque podría absorber todo el agua del mar y un día soltarla de golpe, y no quiero que eso pase.
Tres semanas en la misma playa dan para muchos atardeceres sin un Retiro de por medio. Pero ojalá algún día estar segura de conocerte.
No sé qué tienes, qué eres, ni el porqué te dije hola aquel día; pero es que no me arrepiento de nada de lo que haya podido decirte. Hay personas que llegan a tu vida el 25 de diciembre y te marcan; y quizás el día 31 ya se han largado y te toca soplarle una vela solitaria al nuevo año y beberte tú sola la típica botella de sidra; pero aunque esto pasase, grano de arena, recuerda que mi cerebro te ha hecho un hueco, y aunque te vayas seguirá siendo tuyo. Porque hablando contigo me siento una igual entre delfines y a la vez entre tiburones, y esa mezcla neutral hace que me sienta bien, porque justo llegaste cuando estaba pasando un tsunami y aun así me explicaste tus terremotos.
Aún no he dicho si yo soy arena o aire; o si soy un cangrejo americano al que le gusta mirar donde vive.

Grano de arena (y si quieres te explico porqué te he llamado así), ¿no sabes que a veces un porque sí es la mejor respuesta porque simplemente tus sentidos no son capaces de llegar a ella? Pues porque sí eso pasa. Gracias, y ojalá no te vayas de esta playa.

1 comentario:

  1. Que preciosidad de texto, eres increible hermana, me has enamorado. La verdad no sabes lo feliz que me hace verte asi disfruta de esta nueva arena, disfruta con ella las olas, no pienses. Solo disfruta hoy, el mañana nuestro ninguno lo sabemos.
    Te quiero.

    ResponderEliminar