domingo, 27 de diciembre de 2015

El mundo subterráneo y las piedras del camino.

No sé cómo empezar; pero sí cómo acabó lo que voy a contar.

Si al nacer te dieran un catálogo de las malas experiencias, las malas rachas, los malos momentos y el conocimiento de tu destino, seguramente lo acabarías quemando.
Ese sería el catálogo de una gran tienda como es la vida; cada x tiempo hay catálogos distintos, al igual que las experiencias y los momentos.
Tienes que pararte a pensar que lo malo son piedras en el camino y lo bueno son piscinas en un día de verano; y que esas piscinas pueden tener piedras en el fondo, y que para estar en la piscina tienes que saber nadar; pero para tropezar con la piedra basta con saber gatear o simplemente arrastrarse.

Por lo que veo, me gustan las piedras; cuanto más grandes, mucho mejor. Mi yo interior es más de piscinas aunque no necesite nadar para flotar en el agua.

Mi yo interior es muy distinto al externo; él ve pájaros en hojas, personas en sombras, cielos nublados, ganas de ser valiente, y ante todo es feliz.
El externo es un miedoso; le da miedo mover un brazo por si rompe un sentimiento, no toca a las personas porque piensa que se pueden partir, no ve las estrellas, y el silencio es su mejor amigo.

Mi problema es que mi yo externo es el que va siempre conmigo; el interno se queda durmiendo mientras escribo, mientras leo, y sobre todo mientras vivo.

El caso es que odio el externo; y es el que la gente conoce y me juzgan sobre él. Es tan malo el pobre, que me congela caminos dentro de mí y me vuelve un ser peor y distinto. Un ser poco interesante, al que nadie quiere conocer y siempre tiene frío. Él es la piedra en el camino.

Nunca me canso de esa piedras; y quizás piense que estoy loca, pero esa piedra ha sido mi mejor amigo; estaba en el fondo de la piscina y ascendía para hablar conmigo. Pero para ello tomaba alegría en pequeños frascos de 20 mililitros, que claramente le subministraba el socorrista bajo vigilancia de él mismo.
Y yo no lo notaba; y pensaba que era su real estado corporal. Pero todo era mentira.
Y dejó esas dosis, y yo estaba arriba; esperando, con ganas de tirarme a la piscina, lo que significaría arriesgarme, porque no sabía si podría ser capaz de nadar o mi peso me hundiría.

Así que seguiré estudiando al origen de la gravedad y la invención de los manguitos, porque la piedra se ha cansado de ser un ser tan distinto y mi yo interior nunca le ha caido bien.


Espero que se entienda. Gracias por leerlo.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Quién sabe.

Y no sabe que podría pasarme la vida esperando; viendo cómo tropieza para levantarse y volver a tropezar. Y aún así seguiría esperando.


viernes, 4 de diciembre de 2015

La vista del ciego que no quiere ver.

Ahora estás aquí; y quizás mañana también lo estés. O quizás estés allí.
Y es cierto que ahora mismo tienes dos puntos de vista: luz y oscuridad, subir y bajar.

Tienes que centrarte en la luz, porque la oscuridad te impide ver, y no miento si digo que la luz puede cegarte. Pero mejor quedarse ciego cuando has conocido al mundo, antes que ser ciego toda la vida.

El esclavo que camina sin conocer lo que pisa, sin saber qué le rodea, o simplemente sin saber qué es él mismo; qué clase de ser, ¿es vivo?. Todo puede ser.

Quizás ahora mismo esté en la más triste oscuridad, mientras observo a otros seres bailando con la luz; con un brillo increíble e indefinible. Y ahora dime, ¿no te da envidia el vivir? ¿no odias el sin vivir? ¿el moverte con miedo y el arriesgar a que tus ojos se cieguen?


Es cierto que ahora mismo no tengo el estado de ánimo de hace unos días, que fue cuando escribí la entrada; pero de algún modo necesitaba escribirlo; ver que hoy puede ser un día negro, mañana un día gris y pasado un naranja fosforito.
Persona, gracias por leerme.

jueves, 29 de octubre de 2015

Respuestas al cautivo.

El tiempo pasa tan rápido, y nos preocupamos por algo tan fugaz como la vida de dos personas con destinos distintos y un encontronazo de frente en uno de los caminos...
Necesito olvidarle.
Necesito quererme.
Necesito encontrarme. Encontrar mi lugar en el mundo y mi función.
Necesito volar sin alas y volver a estrellarme; pero ante todo necesito volar mientras llueva.

¿Cómo voy a buscar el sentido de la vida si me diste la respuesta a esta pregunta en cinco meses y te fuiste?
¿Cómo voy a sentirme gato si soy un triste ratoncillo?
¿Cómo voy a correr por el agua si con mi peso rompo el hielo?
¿Cómo voy a correr descalza en una playa llena de piedras?
¿Cómo voy a saber lo que es querer si no sé lo que es ser querido?
¿Cómo voy a sentir el frío en mis pies si no salgo a la calle por miedo al ridículo?
Dime cómo se vive sin ilusión ni valentía. Dime qué es la vida sin castigo. Dime qué es ser querido.

Quiero sentir nuevas sensaciones, o sentimientos tal vez; pero ante todo quiero vivir. Y no voy por buen camino.

No quiero sentirme así. Quiero verme distinta, con unos nuevos ojos limpios de vacío.


viernes, 16 de octubre de 2015

Sin titulo.

Llevaba tiempo sin meterme a blogger; y no por falta de ganas, sino porque no quiero que mi entorno sepa mis pensamientos.
Soy feliz, y no me da vergüenza decirlo. Pero también sé que mi grado de felicidad no está al 100%.
Pensaba que había superado a una persona, y no he vuelto a caer, simplemente vuelve a rondar mi mente, y teniendo en cuenta el tiempo que ha pasado no puedo aceptarlo como algo positivo, porque no lo es.
Ahora mismo siento que no sé explicarme, pero que necesito sacar cosas al exterior y que no haya ninguna persona en medio.
No me siento bien conmigo misma, no me siento yo misma porque ni yo misma cree que esa persona merece la pena. Es algo así como: no me odio, pero me caigo un poco mal.
Sé que la solución a todo esto está en mí misma, y también sé que nadie puede ayudarme.
Todo lo que pienso son ideas mías, por tanto el resto deberá tener su idea propia y su idea sobre mí (cosa que realmente no me interesa).
No puedo sentirme yo delante de un grupo de personas con los que para ellos no existo. No puedo pensar que lo que pienso es falso si el resto me demuestra lo contrario. No puedo quererme tal y como soy cuando no eres aceptada así.
Según la mayoría de persona, el objetivo de la vida es únicamente ser feliz; y me pasa algo muy contrario a la gente, porque yo tengo esa buena aptitud de positivismo, pero me fallan datos que deberían volverlo negativo y no lo hacen; y aún así esto es malo.
No necesito tener constantemente a una persona a mi lado diciéndome lo que valgo, porque simplemente yo pienso que ese valor es nulo, y lo único que haces es perder el tiempo, diciéndome palabras que realmente no piensas porque crees que me vas a hacer sentir mejor, y te equivocas, eso crea una mentira más grande.
No soy la más estúpida, no soy la más gorda, no soy la más manejable, y mucho menos, no soy la peor.
No entiendo a la gente que por el simple hecho de ser buenos en algo creen serlo en todo. No entiendo a la gente que por el hecho de tener un conocimiento que tú no se creen doctores del lenguaje. No entiendo a la gente que se queja de algo que ellos mismos hacen. En general no entiendo a las personas.
No le veo sentido a seguir con algo que no te hace bien; se cortó, y ya no hay más, si un tren da marcha atras lo más normal es que descarrile.

lunes, 7 de septiembre de 2015

La musa que sentía miedo del frío.

Me arriesgo a que arda Troya conmigo dentro; a que me maten las llamas de ese infierno, a sufrir por ti, y a la autodestrucción que conlleva aquello.
A querer, amigo, a querer.
A tirar la cerilla y encima apagar el fuego.
A llorar con tu cara y a secarme las lágrimas con las mangas del frío.
A vivir sin tus abrazos y con el árbol prohibido.
A sentir; sentir todo lo malo que hay en ti y perdonarte lo normal y cautivo.
A esperarte al final de la senda sin camino; sin miedo a que te pierdas, ya que por mí ni un pie has movido.
A ver la lluvia sin agua y el desierto sin castigo.
A mirar por la ventana sin ver nada, sólo abrigos.
A callar, por ti y por todos; porque tú ya me has vencido.

-Por ti y por todos los que quedan por llegar, por las batallas que están a punto de comenzar, por el eterno calor en las noches de verano y por la oscuridad sin ruidos.

domingo, 21 de junio de 2015

Tú.

Tronando; qué mejor manera de pensar en ti.

Viniste tú; tú y tu forma de ser; tú y tu manera de hacerme reír como una tonta.
Te tuve. Te tuve más tiempo del que puede imaginar.
Te fuiste; como el que no quiere la cosa. Me mandaste al infierno y yo seguí el camino hasta las manos del diablo. Y no te culpo por ello, al fin y al cabo en ese infierno se vive bien.
Volviste; como si de un abrir y cerrar de ojos se tratase.
Y ahora, te vuelves a ir.

Aún recuerdo el día que llamaste mi atención por primera vez. Aquel friki que triunfaba con las chicas guapas.
Y un día se te ocurrió hablarme. La verdad, no me esperaba ese mensaje; pero acepte lo que me dijiste (no es nada de otro mundo, simplemente me pidió mi número. Y se lo di).
Fuimos hablando poco a poco; las buenas noches y los buenos días se combirtieron en rutina. Hasta que un día cayó una bomba explosiva en esa maravillosa rutina.
Ahora lo pienso, y tampoco sangré tanto. Algún que otro fragmento de metralla; pero comparado con otros explosivos, esto simplemente fue una mota de polvo.
Pero me acostumbré a ello. Lo acepté.
Me di cuenta de lo poco que te conocía, de lo mucho que te creía conocer; y ahora, de lo único que puedo estar totalmente segura es de tu nombre, y a veces me hace de pensar.
Por no saber, no sabía ni qué música te gustaba; simplemente que querías al deporte casi como te quería yo a ti.
Era tarde cuando me fijé en lo mucho que me gustabas, y en el tiempo que había perdido haciéndome la imbécil. Pero ahora no me arrepiento de haberlo hecho.
Fui una estúpida, y parece que me lo has hecho pagar bien; de hecho creo que deberías dejar de echarme gasolina, porque el día que tires la cerilla, vas a pillar a alguien que no lo merezca y que no tenga nada que ver y no vas a tener salida.
Me hiciste tan feliz y a la vez tan débil...
Me creí todas y cada una de tus palabras bonitas; aún sabiendo que era a la persona a la que menos cosas de este tipo decías. Te creía más que a mí misma.
Confiaba en ti; en tu valía; en tu forma de afrontar los problemas.
Y qué podía esperar; lo normal de ir por un prado bonito es no ver un pozo y caer en él.
Tranquilo, no hizo falta que me tirases una cuerda; aprendí a trepar paredes, y tropecé mil veces; pero ¿sabes? Un día llegué de nuevo arriba.
Y ahora te arrepientes de no haberme lanzado la cuerda, pero para tirarme una cuerda vieja con la que al hacer un esfuerzo cabía la posibilidad de que se rompiese, es mejor lo que hiciste; quedarte quieto.
Volvíste. Y me ilusioné de nuevo, pensando que los pájaros podían salir de sus jaulas y volar libres; pero hay algunos pájaros que no sobreviven en medio de la naturaleza.
Ahora estoy en la jaula; una jaula más grande que la anterior. Puedo volar sin toparme con nadie, puedo ser libre dentro de mi prisión. Y lo más importante; mi buche está lleno de felicidad. Felicidad y una armonía que al verla estallaría en tus ojos y te dejaría ciego.
Sé que ya no vas a volver. Y en cierta parte lo agradezco. Pero por favor; si te vas a ir, no coincidas con mi infierno y toma la dirección de 10 kilometros más al sur.
Déjame, vuela libre con tu preciosa pajarita. Cuéntale el cuento de Romeo y Julieta, ¿quién sabe Romeo si ella es tu esperada Julieta?.
Por favor; se feliz.


lunes, 1 de junio de 2015

...

Y volar.
Y viajar con un cerrar de ojos.
Y acariciar el calor de mayo sobre tu piel.
Y cantar, con tu risa de fondo; con tu carcajada de base.
Iluminar, con el brillo de tus ojos; como el último destello de una nova bella.
Bailar, con tus zapatillas
deportivas, pisando sobre mis tacones.
Tocar la brisa, y el frío del otoño.
Abrazar a la tristeza, con la lluvia sobre los charcos.
Llorar en el mar, sin apenas soltar gota.
Caer en soledad con el silencio de los árboles.
Sentirse vacía con el canto de las aves.
Jugar al escondite con mi propia sombra, sin encontrarnos.
Ver una película, la de los llantos.
Sentir escalofríos y no por frío, sino por tacto.
Tu mano junto a la mía sobre la corteza de un árbol.
Amar sin sentir nada, querer con poesía.
Ganar una batalla contra las flores del día.
Sentir que soy mía; y sólo mía, y nada más.
Ver que eres libre, y que puedes volar ya.
Que el eco no te espante, que sólo son tus pasos.
Que la risa del niño se convirtió en espasmo.
No temas del camino, pues las luces te están guiando.
Quema el orgullo, que el prejuicio está sacado.
Ama como nadie, quiere como todo.
Teme a los males pero no a las tragedias.
Llama a los lobos y así el mundo tiembla.
Los leones se hayan sordos, tan sordos que ni ven el río.
Los pájaros ya no cantan; y los corazones siguen dormidos.